«Decididamente en Contra»

Crítica de Pepa Pertejo
publicada en «Las uñas negras» el 29-6-11

Contra la democràcia, la nueva obra del dramaturgo Esteve Soler dirigida por Carles Fernández Giua, se estrena esta noche en la Sala Beckett. Ayer, tras la función previa a su presentación oficial, los cuatro actores que encarnan a los personajes de estas siete historias de Grand Guignol –Dani Arrebola, Pep Jové, Josep Julien y Laia Martí– salieron a saludar una y otra vez en medio de los aplausos infatigables de un público rendido a la evidencia: Contra la democràcia es un auténtico acontecimiento teatral.

Verán, lleva uno el día entero dándole vueltas a la mejor manera de eludir tópicos publicitarios y aseveraciones supuestamente irrefutables en la escritura de este elogio declarado al espectáculo –que la Beckett acoge desde hoy y hasta el 24 de julio–. Tales frases son difícilmente creíbles, de tan manidas y en los tiempos que corren. Pero, con franqueza impúdica, déjenme decirles que, tanto si exclamo “¡Vaya churro!” como si me deshago en alabanzas, no tendré que rendirle por ello cuentas a nadie. La verdad es que, tras asistir a la representación de anoche, cuesta evitar teclear “¡No se la pierdan!” o “¡No esperen a que se la cuenten!” o “¡La revelación de la temporada!” o incluso, y perdónenme el atrevimiento, “¡El dramaturgo catalán contemporáneo que sí se convertirá en clásico!”. Porque, a pesar de que en este país tan pequeñito abunden las ocasiones en que acaba uno consolándose con aquello de que “seis millones de moscas no pueden estar equivocadas” y comulgando a disgusto con lo que crítica y público coinciden en encumbrar, eso tampoco significa que crea que no se produce aquí nada extraordinario. Para muestra, este botón de diálogos ágiles y desconcertantes, de humor tenebroso que alumbra carcajadas irreprimibles teñidas de mala conciencia, de imágenes cómicas y profundas, de pensamiento sin pesadez, de ligereza sin superficialidad. A lo largo de los próximos días, oirán y leerán cómo la trilogía Contra el progrés, Contra l’amor y Contra la democràcia está siendo objeto de atención internacional, de traducción a diferentes idiomas, de múltiples montajes en países distintos. No se queden en el sofá, al abrigo de la televisión o del periódico, revolcándose en su propia complacencia por la universalidad de un autor de casa: salgan a la calle, recluten a una buena pandilla de amigos y váyanse todos a la Sala Beckett, donde podrán disfrutar de lo lindo y pensar ¡simultáneamente!

Claro que no siempre puede uno plantarse en Barcelona durante el mes de julio. Lean entonces las obras de Esteve Soler: la primera pieza de Contra el progrés apareció en castellano en el número de mayo de 2010 de la revista Quimera, y en la base de datos de teatro catalán contemporáneo Catalan Drama pueden solicitar las traducciones de Contra el progrés y Contra l’amor al alemán, al francés, al griego, al inglés y al castellano. No tienen excusa para perderse lo que de verdad está pasando en la escena actual.


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